domingo, 5 de diciembre de 2010

ORIGEN DE LA DINÁMICA TERRESTRE

La bucólica idea de que la Tierra es un lugar en donde, de no mediar la interferencia humana, la naturaleza haría su trabajo en forma tranquila, estable y pacífica, es el resultado de una vida demasiado corta. Así es: la escala temporal de los seres humanos les impide (o al menos dificulta) comprender que la Tierra es un lugar naturalmente inestable en el largo plazo. Y cuando se habla de largo plazo, en la escala terrestre eso quiere decir millones de años. De hecho, nuestro planeta nació hace unos 4600 millones de años, un número realmente grande para nosotros que muy raramente superamos la centuria.



Desde su inicio, la historia de la Tierra fue agitada. En aquel entonces, en su inicio, el polvo de estrellas comenzaba a amontonarse, atraído por su propia gravedad, apelmazándose mientras sobre él caían constantemente meteoritos que impactaban a gran velocidad, otorgándole densidad y calor a esa proto-Tierra. Al hacerse más denso, el planeta comenzó a liberar el calor acumulado: de hecho, si hubiera sido más grande, la Tierra podría haber llegado a encenderse como aún ocurre con las estrellas, aunque en caso de ser más pequeña se hubiera enfriado como les ocurrió a otros planetas menores como Mercurio o incluso la Luna. Recién hace unos 3500 millones de años la superficie comenzó a enfriarse lo suficiente como para que aparecieran los primeros trozos de corteza terrestre estables, y junto con éstos se conformaron los primeros continentes, a medida que las temperaturas continuaban su descenso, que luego formarían las placas tectónicas y los continentes. Sobre esa superficie, y tras miles de millones de años de desplazamientos, choques, explosiones, apariciones y extinciones de múltiples especies, surgiría recientemente en los últimos miles de años una especie viva, la humana, capaz de creer que el planeta era un lugar estable, pero también de reconstruir un pasado movido y poco tranquilo. Durante buena parte de los siglos XVIII y XIX, la disputa en el campo de la geología se dio entre catastrofistas y uniformistas. Los primeros sostenían que la geografía terrestre se había formado por sucesivos “cataclismos globales”, que llevaban cada tanto a la muerte abrupta de los organismos sobre la Tierra. Dios era el encargado de, una vez más, abastecer al planeta de seres vivos. No había habido una sino varias inundaciones; la de Noé había sido simplemente la última. Esta visión permitía algo que encantaba tanto a los religiosos que podían incluir mediante historias bíblicas como el Diluvio Universal para justificar, por ejemplo, la existencia de fósiles marinos en distintas capas rocosas en las laderas de las montañas. Desde su punto de vista, el planeta era mayormente un escenario monótono y estático, interrumpido por algunos desastres. También era, además de relativamente nuevo, lo que justificaba, por ejemplo, que las montañas no se hubieran desgastado del todo, a pesar de que nadie hubiera visto una montaña surgir de una llanura.

Desde el bando contrario, los uniformistas sostenían, en cambio, que los procesos por los que se forman los accidentes geográficos estaban en permanente acción aunque no los podamos percibir, ya que mayormente suceden en escalas de tiempo muy largas. Una Tierra en permanente pero extremadamente lento cambio necesitaba millones de años para permitir, por ejemplo, la existencia del Himalaya o la Cordillera de los Andes. Pero no sólo eso: los uniformistas incorporaron una idea más que interesante al imaginario de los naturalistas de la época; ellos aseguraron que los procesos que modelaron la Tierra en el pasado son los mismos que la modelan en la actualidad, y fueron exactamente los mismos que los que la modelan actualmente. De esta manera, así como los astrónomos dan por sentado que las leyes físicas son las mismas en todo el Universo en el momento de estudiar mundos lejanísimos, los geólogos pueden, comprendiendo los procesos actuales de la Tierra, conocer su pasado. El uniformismo fue defendido por Hutton y más tarde por Lyell, este último muy amigo de Darwin y compañero en sus caminatas inspiradoras por el sandwalk. Y Darwin jugó a su vez un papel más que importante para la geología antes de que ni siquiera se esbozara la teoría tectónica de placas: tras vivir el gran terremoto de Valdivia de 1835, observó el dislocamiento de bancos con conchillas en la costa chilena, hecho que luego asoció a aquellos niveles con conchillas antiguas situados a miles de metros sobre el nivel del mar que vio en su paso por los Andes. Los eventos sísmicos tenían que estar asociados al levantamiento de las montañas. Pero el hecho de que el uniformismo, con su idea de cambios paulatinos, terminara de alguna manera triunfando, no quiere decir que la humanidad tenga sus pies sobre un lugar pacífico, donde todo ocurre lentamente. Para muestra alcanzan los terremotos recientes, capaces de destruir ciudades enteras en cuestión de minutos. El debate llevó unas cuantas décadas hasta que finalmente en el siglo XX comenzó a zanjarse, entre otros de la mano de Alfred Wegener y su teoría de la deriva continental, un modelo novedoso y convincente: la tectónica de placas, teoría que se convertiría en el paradigma actual de las ciencias de la Tierra.

COMPOSICIÓN

La Tierra tiene una estructura compuesta por cuatro grandes zonas o capas: la geosfera, la hidrosfera, la atmósfera y la biosfera. Estas capas poseen diferentes composiciones químicas y comportamiento geológico. Su naturaleza puede estudiarse a partir de la propagación de ondas sísmicas en el interior terrestre y a través de las medidas de los diferentes momentos gravitacionales de las distintas capas obtenidas por diferentes satélites orbitales.



Los geólogos han diseñado dos modelos geológicos que establecen una división de la estructura terrestre, el modelo geostático y el modelo geodinámico.

GEOSFERA: La geosfera es la parte estructural de la Tierra que se extiende desde la superficie hasta el interior del planeta (unos 6.740 km). Esta capa se caracteriza por tener una estructura rocosa que sirve de soporte al resto de los otros sistemas terrestres, como la biosfera y la atmósfera, situados estos sobre la parte más superficial.


HIDROSFERA: La hidrosfera o hidrósfera (del griego hydros: agua y sphaira: esfera) describe en las Ciencias de la Tierra el sistema material constituido por el agua que se encuentra bajo, y sobre la superficie de la Tierra.

El agua que conforma la hidrosfera se reparte entre varios compartimentos que en orden de mayor a menor volumen son:

§ Los océanos, que cubren dos tercios de la superficie terrestre con una profundidad típica de 3000 a 5000 metros.

§ Los glaciares que cubren parte de la superficie continental. Sobre todo los dos casquetes glaciares de Groenlandia y laAntártida, pero también glaciares de montaña y volcán, de menor extensión y espesor, en todas las latitudes.

§ La escorrentía superficial, un sistema muy dinámico formado por ríos y lagos.

§ El agua subterranea , que se encuentra embebida en rocas porosas de manera más o menos universal.

§ En la atmosfera en forma de nubes

§ En la biosfera, formando parte de plantas, animales y seres humanos

La presencia del agua en la superficie terrestre es el resultado de la desgasificación del manto, que está compuesto por rocas que contienen en disolución sólida cierta cantidad de sustancias volátiles, de las que el agua es la más importante. El agua del manto se escapa a través de procesos volcanicos e hidrotermales. El manto recupera gracias a la subducción una parte del agua que pierde a través del vulcanismo

ATMOSFERA a atmósfera (del griego ἀτμός, vapor, aire, y σφαῖρα, esfera) es la capa de gas que rodea un cuerpo celeste con la suficiente masa como para atraerlo. Algunos planetas están formados principalmente por gases, con lo que tienen atmósferas muy profundas.

BIOSFERA En Ecología, la biósfera o biosfera es el sistema material formado por el conjunto de los seres vivos propios del planeta Tierra, junto con el medio físico que les rodea y que ellos contribuyen a conformar. Este significado de "envoltura viva" de la Tierra, es el de uso más extendido, pero también se habla de biosfera a veces para referirse al espacio dentro del cual se desarrolla la vida, también la biosfera es el conjunto de la litosferahidrosfera y la atmosfera .

La biosfera es el ecosistema global. Al mismo concepto nos referimos con otros términos, que pueden considerarse sinónimos, como ecosfera o biogeosfera. Es una creación colectiva de una variedad de organismos y especies que interactuando entre sí, forman la diversidad de los ecosistemas. Tiene propiedades que permiten hablar de ella como un gran ser vivo, con capacidad para controlar, dentro de unos límites, su propio estado y evolución.

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